lunes, 27 de agosto de 2012

"Avant! A la charge!"


El pasado sábado celebramos en Mentes Hexagonadas nuestras Primeras Jornadas GMT. Para quien no conozca esta editorial, GMT es una casa de juegos orientada especialmente hacia la temática militar e histórica. Entre sus títulos están algunos grandes wargames, de esos que todo grognard que se precie tendrá siempre como fondo de armario. Yo no soy especialmente fanático a los wargames "de fichitas" (prefiero "los muñequitos" aunque no les haga ascos) pero en nuestro club hay auténticos devotos de éstos.
Hace ya un tiempo publiqué una entrada en la que mencionaba a esta editorial y la sorprendente oferta que había lanzado: si justificabas el hallarte sin empleo te regalaban dos juegos de su colección sin coste alguno. Bueno, a nadie le hará falta que comentemos el estado de nuestra economía patria... baste decir que pronto un buen puñado de solicitudes salieron desde nuestra asociación y al poco tiempo recibíamos en nuestras casas los juegos solicitados.
Desde entonces teníamos ganas de hacer algo especial en forma de una jornada/convivencia con juegos GMT, y al fin ésta vio la luz. Se jugaron muchos y diferentes (Twilight Struggle, Dominant Species...) pero para mí destacaron Command & Colors: Napoleonics -un mini torneo con algunas batallas de la ocupación española-  y el escenario especial de Combat Commander: la batalla de Montecassino.

El torneo de C&C: Napoleonics comenzó por la mañana; tres escenarios a jugar con contrincantes y bandos seleccionados aleatoriamente. Todos conocíamos el reglamento por haber jugado el C&C: Ancients, todos teníamos mucha curiosidad por probar el C&C: Napoleonics, y para todos era nuestra partida de prueba...

Los gallardos generales: Dessmond vs. Jack, Edén vs. Tzencho

El primer escenario fue la batalla de Roliça, donde me enfrenté en inferioridad numérica a las tropas inglesas de Svalan; debía evitar que tomase las lomas que rodeaban al pueblo y retrasar su avance hacia el interior. Las tropas inglesas triplicaban el número de baterías, de modo que parapeté al grueso de mis tropas tras las lomas fuera de su visión. La batalla se decantó en los flancos, en varias cargas infructuosas contra los cuadros de infantería británicos apostados en las colinas del oeste, y en una serie de batidas en las lomas del este, que consiguieron diezmar a la caballería pesada inglesa para después remontar el río y enzarzarse en una furiosa refriega contra la infantería, que se vio obligada a formar cuadros en plena orilla. Las unidades de infantería al mando del propio Delaborde efectuaron una salida desde el pueblo para desalojar a los ingleses del bosquecillo cercano y evitar que amenazaran a la caballería ligera que combatía en el río. Finalmente los franceses se alzaron con la reñida victoria, gracias a la caballería ligera que hostigó continuamente a las unidades de fusileros que avanzaban por los flancos, obligándoles a parapetarse formando cuadros.




En la segunda ronda me enfrenté a los franceses de Tzencho en la batalla de Talavera. Aunque inicialmente los franceses llevaron la iniciativa y su artillería supo imponerme bastante respeto como para avanzar por el centro, finalmente conseguí atravesar el río con mis rifles ligeros y varias unidades más, consiguiendo la victoria. Aunque eso sí, una victoria mucho más ajustada...



Edén y Jack se disputan Talavera


Tras comer jugamos el último escenario: la batalla de Salamanca, donde Edén lideró a las fuerzas francesas de Marmont contra las anglo-portuguesas de Wellington. Como empezábamos a andar algo apurados de tiempo para iniciar otras partidas decidimos poner un tiempo límite, lo que añadió tensión y dureza a la partida. Se abandonaron las medias tintas y se abandonaron los tanteos al contrario, optándose por ataques mucho más contundentes y definitivos. El resultado fue una victoria para el bando francés: penetró en mi flanco izquierdo como un cuchillo caliente en la mantequilla, mientras en el flanco derecho mi caballería portuguesa se estrellaba contra un cuadro de infantería que, apostado al pie de una colina a tiro de piedra de la ciudad, sencillamente se negaba a retirarse: ¡el material con el que se forjan las buenas historias!




A pesar de haber jugado la última partida con rapidez nos habíamos pasado de media tarde y quedaban otros juegos a los que hincar el diente. Nos permitimos comentar el juego, coincidiendo todos en el buen sabor de boca que nos había dejado y en las mejoras con respecto a su primo mayor, el C&C Ancients. Entre idas y venidas de otros jugadores fuimos montando el tablero de la siguiente partida: Combat Commander con el escenario de la batalla de Montecassino, creado por un forero de la BSK.


El escenario lo formaban dos tableros pero dependientes entre sí. El tablero principal representaba la propia  abadía y los campos de alrededor, defendida por la 1ª División Paracaidista alemana al mando de Oz frente a las Compañías B y D del Batallón de Essex, bajo el mando de Svalan.


El tablero secundario representaba la Cota 236, donde los fusileros rajputanos del coronel West (bajo el mando de Jack) habían establecido un cañón de 105 mm para iniciar el bombardeo de la abadía. Un contingente de voluntarios italianos, la Italienische-Freiwiligen Legion (manejados por mí) que había sido enviado como apoyo a la defensa, sería el encargado de impedir dicho bombardeo, y llegado el caso de pasar de un tablero a otro para apoyar a los alemanes.



En el tablero principal las fuerzas alemanas consiguieron detener con efectividad a los soldados británicos; a pesar de todo, aunque los alemanes habían recibido refuerzos, estaba claro que la situación no podría sostenerse por mucho más tiempo y los ingleses estaban preparándose para un más que probable asalto definitivo.
En el tablero secundario la posición artillada consiguió mantener a raya a los italianos en todo el flanco derecho, parapetados en una zona arbolada. Por contra en la zona oeste las tropas rajputanas fueron expulsadas de la colina en un decidido asalto por parte de los italianos. Dominando esa posición, negaron a los británicos la posibilidad de dar apoyo artillero en el asalto a la abadía.
Aunque técnicamente la partida acabó en una victoria para el eje (Montecassino no llegó a ser tomado), cuando llegó la hora d edejarlo aún quedaban muchas unidades en juego como para hacer un balance definitivo. Será cuestión de volver a jugarlo al completo...


Y tras las partidas, reparto de diplomas a los aguerridos jugadores ¡Así podré decir a mis nietos aquello de "yo estuve allí" y contarles la batallita!



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